César Urrutia:

Búsquedas, mapas, smartphones, redes sociales, mensajería instantánea…Silicon Valley necesita encontrar la siguiente cosa grande sobre la que multiplicar su negocio hasta escalas inalcanzables. En 2008, Apple llevaba vendidos más de 100 millones de iPods, hacía sólo un año que afirmaba haber reinventado el teléfono con el iPhone y hacía incursiones en la televisión. El último de estos pasos fue en falso. Pero los otros dos fueron la clave para multiplicar por seis su valor en Bolsa y convertirla en la empresa más capitalizada del mundo.Por dónde llegará esa próxima gran cosa es aún una incógnita. Está el internet de las cosas, los drones, las impresoras 3D, los wearables…
 
 Para algunos, la capacidad de reinventarse para crecer es lo que sostiene la valoración de Apple y la de otros gigantes como Google o Facebook. Para otros, es un síntoma evidente de burbuja. El hecho es que los más de 609.000 millones de dólares (540.000 millones de euros)en que el mercado valora Apple superan por algo más de 7.000 millones de euros la capitalización de toda la flor y nata de la industria del automóvil mundial, desde los gigantes alemanes Daimler (Mercedes y Smart, entre otras marcas), Volkswagen (Audi, Skoda, Volkswagen y Seat, entre otras) y BMW (BMW y Mini) a los norteamericanos Ford y General Motors o los siempre competitivos japoneses Toyota y Honda. No sólo eso. Teniendo en cuenta estas valoraciones, hasta el pasado mes de junio, Apple contaba con efectivo suficiente para comprar todos los fabricantes alemanes y franceses con sus respectivas marcas.